Artículo publicado en VLCCiudad. (pinchar aquí)
Después de pasar los últimos días de campaña electoral en EEUU, si tuviera que resumir en dos palabras todo el proceso que engloba a las Elecciones en EEUU diría que voluntad y paciencia. Aquí el día de las votaciones es el último escalón de un proceso que dura dos años, dos años que para los partidos son de búsqueda de fondos y apoyos para los candidatos a las primarias, de primarias, de organización y otra vez búsqueda de fondos y apoyos para el candidato definitivo, de campaña. De la consecución de fondos depende las posibilidades del candidato y los apoyos de líderes es la mano que tienen los mismos partidos para decantar de un lado o de otro la voluntad de todo el que se acerca a votar a las primarias y muchas veces a las elecciones presidenciales.
Después de pasar los últimos días de campaña electoral en EEUU, si tuviera que resumir en dos palabras todo el proceso que engloba a las Elecciones en EEUU diría que voluntad y paciencia. Aquí el día de las votaciones es el último escalón de un proceso que dura dos años, dos años que para los partidos son de búsqueda de fondos y apoyos para los candidatos a las primarias, de primarias, de organización y otra vez búsqueda de fondos y apoyos para el candidato definitivo, de campaña. De la consecución de fondos depende las posibilidades del candidato y los apoyos de líderes es la mano que tienen los mismos partidos para decantar de un lado o de otro la voluntad de todo el que se acerca a votar a las primarias y muchas veces a las elecciones presidenciales.
De los resultados y de Mitt
Romney poco hay que decir, había pocas dudas de que el candidato demócrata
ganaría las elecciones, estaba en el ADN de los dos candidatos el que uno,
Barack Obama, era el candidato de las mujeres y las minorías, y el otro Mitt
Romney, el del hombre blanco americano, si esto lo cuantificábamos: las mujeres
son la mitad justa de la población, y las minorías aquí ya empiezan a ser
mayorías, así que en números era casi imposible que Mitt Romney ganara.
A diferencia con el proceso
de hace 4 años, esta vez he visto poco entusiasmo por parte de la población, y
mucho malestar y preocupación por cosas concretas como el déficit, la
polarización ideológica en el Congreso, el Tea Party, temas como poco,
aburridos. El sueño Yes We Can, da la impresión de haberse esfumado con
la realidad del día a día de la política y la economía.
Por la mañana había
acompañado a un lugareño a votar, a las 7:30 am, después de dos horas de cola
en un colegio del barrio de Georgetown, DC, con un frío increíble, una niña de
once años le decía a su madre que hacía frío y que se quería ir a casa, su
madre matando el frío con un café caliente de esos en vaso de cartón, paciente
con la cola y con su hija, y de la forma más natural, le contestó que si le
gustaba estudiar historia en el colegio tenía que entender que hacer esa cola y
votar era hacer historia, la niña asombrada miró a su madre y no volvió a pedir
irse a casa.
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