Castellers, fuerza, equilibrio, valor y juicio

Todos hemos visto alguna vez por la televisión esa maravilla que es la tradición de los Castells en Cataluña.

Yo siempre he admirado ese trabajo conjunto, sincronizado, y sobre todo desprendido que realizan los castellers de la colla para realizar esas pirámides maravilllosas... las partes del castell son la piña, tronco, pom de dalt, el forro, esposas y los puntales.

Cada una de esas partes es necesaria, cada persona es necesaria en su puesto, ya sea por su edad, estatura, peso, agilidad... etc, cada uno debe ocupar el puesto asignado y para el que está capacitado. Los de la colla, entre ellos, ya sea los que están codo con codo, pero también los que tiene por arriba o por abajo, confían en que no fallará ninguno, no les darán un codazo, no se retirarán, no querrán ser puntal a mitad de construcción... en resumidas cuentas, serán buenos compañeros.

Cada miembro de la colla conoce su responsabilidad, lo importante de la comunicación entre ellos, que si alguno le está pisando, o está mal colocado, debe hacerlo saber para no hacer peligrar el castell entero.

Esa confianza, conocimiento de cada lugar, coordinación, y perfección organizativa hace que cuando llega el momento con un solo gesto entre toda la colla con osadía, sean capaces de vencer el vértigo, el desequilibrio, el dolor, y la ley de la gravedad.

Todo esto tiene un director, un diseñador... en los que todos confían. 

Fuerza, equilibrio, valor y juicio... constancia, trabajo, esfuerzo, regularidad, confianza, compenetración, hermandad y suerte.

Esto es un ejemplo de toda una filosofía de trabajo en grupo, esfuerzo, y orgullo de trabajo en conjunto. Es extrapolable a todos los ámbitos de la vida, también a la política.