En estos cuatro días he tenido la suerte de conocer personas que han
entregado su existencia a luchar pacíficamente por la libertad y la democracia
en su tierra. Yoani Sánchez, no es la única, pero si encarna a la perfección el
tipo de persona comprometida con su pueblo. Ella junto a Oswaldo Payá fueron
propuestos para el premio Nóbel de la Paz, conozco a una de las
personas que probablemente estén involucradas en esta nominación y desde aquí,
con el aprecio que le tengo le quiero dar el pésame.
Valoro el honor y la entrega de estas personas, valoro mucho el
sacrificio que están haciendo, y nunca jugaría con la idea de ponerme a su lado
en la lucha si no estuviera dispuesta a dar lo mismo que ellos dan por
nosotros. Nunca permitiría que se chantajeara a países enteros,
ni que quedara injustamente perdido en el olvido los nombres de
estos héroes, y a veces siento vergüenza.
Oswaldo Payá era la persona que tenía que presidir la transición tranquila, en
paz y democrática en Cuba. Persona de consensos, patriota que nunca huyó de su país,
nunca se exilió, aguantó allí con sus conciudadanos, esperando pacíficamente a
tener la oportunidad de llevar a cabo su Proyecto Varela en el que básicamente
pedía una reforma legal que incluyera cosas tan básicas como: libre expresión,
la libre asociación, amnistía de los presos políticos, derecho de los cubanos a
formar empresas, nueva ley electoral que permitiera al pueblo elegir a los
candidatos a los órganos políticos del país... la respuesta de la dictadura
cubana fue una Primavera Negra, 75 activistas disidentes
encarcelados, algunos condenados a muerte o cadenas perpetuas, muchos de ellos
formaban parte del Proyecto Varela.
Y esta es la lucha de la disidencia cubana que la izquierda española no solo
se niega a reconocer, sino que los más radicales insultan o se burlan, repito
lo que el Proyecto Varela defendía: libre expresión, libre asociación,
amnistía de los presos políticos, derecho a formar empresas, ley electoral
permita al pueblo elegir...
estas cosas se ve que no están en la agenda política de los grupos de izquierda
de mi país PSOE e IU, ni de empresas hoteleras españolas que ganan mucho dinero gracias a los parabienes del gobierno cubano, y a veces siento vergüenza.
Ayer tuve un fugaz contacto directo con Yoani, y espero que no sea el
último. Lo acompañó una llamada de Cubacel preguntándome si con quien estaba
contactando era con Yoani Sánchez la bloggera, no sabía que contestar, ante la
duda no mentí, nunca mentiría. Para mí esto es una anécdota, pero para ellos,
los disidentes, es su día a día, el yugo dictatorial que les vigila cada
movimiento, sienten continuamente que alguien les observa, les sigue, les
acosa, sienten el aliento de los Castro.
¿Vieron Ángel Carromero y Aron Modig a Oswaldo
Payá y Harold Cepero con vida después del accidente que les costó supuestamente
la vida? Posiblemente las familias de los fallecidos, el pueblo cubano, nosotros mismos nunca sepamos lo que ocurrió, y a veces siento vergüenza.
L
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